Su teoría ¿está avalada por la ciencia?
La respetada revista American Institute of
Physics de Nueva York y su comité científico la han validado
publicándola en el 2006 porque es una teoría que ha permitido, primero,
prever, y luego, explicar la llegada de planetoides al sistema solar.
¿Quiere que le explique para qué sirve la ley del desdoblamiento del
tiempo?
Sí, pero sencillito.
Tenemos dos tiempos diferentes al mismo tiempo:
un segundo en un tiempo consciente y miles de millones de segundos en
otro tiempo imperceptible en el que podemos hacer cosas cuya experiencia
pasamos luego al tiempo consciente.
¿Y todo eso sin enterarnos?
Exacto. Tengo una síntesis instantánea de un análisis que he realizado en otro tiempo aunque no tenga la memoria de ello.
¿Así funciona el tiempo?
Sí, en cada instante presente tengo un tiempo
imperceptible en el cual fabrico un futuro potencial, lo memorizo y en
mi tiempo real lo realizo.
¿?
Tenemos la sensación de percibir un tiempo
continuo. Sin embargo, tal como demuestran los diagnósticos por
imágenes, en nuestro cerebro se imprimen solamente imágenes
intermitentes. Entre dos instantes perceptibles siempre hay un instante
imperceptible.
¿Como en el cine, que sólo vemos 24 imágenes por segundo?
Sí, la número 25 no la vemos, es subliminal. En
publicidad se ha utilizado ese tipo de imágenes para influir con éxito
en nuestro comportamiento, lo que ha mostrado que lo subliminal es
accesible a nuestra memoria. El desdoblamiento del tiempo ha sido
probado científicamente y la teoría ha dado justificaciones a escala de
partículas y a escala de sistema solar.
Tenía entendido que las leyes de la cuántica no se aplicaban a las cosas grandes.
El fenómeno del desdoblamiento del tiempo nos da
como resultado el hombre que vive en el tiempo real y en el cuántico,
un tiempo imperceptible con varios estados potenciales: memoriza el
mejor y se lo transmite al que vive en el tiempo real.
¿Nuestro otro yo cuántico crea nuestra realidad?
Podríamos decir que entre el yo consciente y el
yo cuántico se da un intercambio de información que nos permite
anticipar el presente a través de la memoria del futuro. En física se
llama hiperincursión y está perfectamente demostrada.
¿Estoy desdoblada como la partícula? Sí. Y
sabemos que, si tenemos dos partículas desdobladas, ambas tienen la
misma información al mismo tiempo, porque los intercambios de energía de
información utilizan velocidades superiores a la velocidad de la luz.
¿Conoce el principio de los gemelos de Langevin?
No.
En los años 20, Paul Langevin demostró que si un
gemelo viajaba a la velocidad de la luz, envejecía menos que el que se
quedaba quieto. A Langevin no le creyeron. Hubo que esperar 50 años: en
1970, gracias a los relojes atómicos, se comprobó esa ley.
Entonces, en ese tiempo imperceptible pasó mucho tiempo.
Exacto: si puedo viajar a velocidades
prodigiosas, un microsegundo se convierte en un día entero. Cuando
regreso, no sé si me he ido, puesto que he estado ausente un
microsegundo.
Estupenda propiedad, ¿pero quién es el que viaja?, ¿yo?
Existe otra propiedad conocida en física: la
dualidad de la materia; es decir, una partícula es a la vez corpuscular
(cuerpo) y ondulatoria (energía). Somos a la vez cuerpo y energía,
capaces de ir a buscar informaciones a velocidades ondulatorias.
¿Y cómo asimilamos esa información?
En el sueño paradoxal, cuando estamos más
profundamente dormidos y tenemos nuestra máxima actividad cerebral, se
da el intercambio entre el cuerpo energético y el corpuscular. Y es ese
intercambio el que le permite arreglar el futuro que ha creado durante
el día, lo que hace que al día siguiente su memoria esté transformada.
Vaya.
El intercambio se realiza a través del agua del
cuerpo. Ese intercambio de información permanente es el que crea el
instinto de supervivencia y la intuición.
¿Fabricamos potenciales por medio de nuestro pensamiento?
Así es. Si por ejemplo pienso en una catástrofe,
ese potencial ya se inscribe en el futuro y puede sufrirla usted u
otro. De manera que la conclusión es: "No pienses en hacer a los demás
lo que no quisieras que los demás pensaran en hacerte a ti". No es una
ley moral ni filosófica, es una ley física.
Es difícil controlar el pensamiento.
De día, mucho; pero justo antes de quedarnos
dormidos tenemos un minuto, y basta con que durante ese minuto
controlemos: esa es la manera de conectar con esa parte energética,
llamémosla el doble, para pedirle que solucione los problemas.
¿Es como una oración?
No: es una relación, y hay que dejar totalmente
las riendas al otro; las noches están para eso. La noche no sólo permite
borrar potenciales no deseados, sino que también nos guía los
pensamientos del día siguiente.
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